Sevilla / 2020
Fotografías: Jesús Granada













La vivienda se ubica en el barrio de Nervión en Sevilla, dentro de un tejido urbano donde actualmente convive toda tipología de vivienda tanto individual como colectiva. Nuestra parcela es estrecha y profunda, entre medianeras, con una sola fachada a la calle de 7 m de ancho.
El deseo inicial del propietario era disponer de un jardín en cubierta para el disfrute familiar. En cambio, se optó por situar el deseado jardín como parte unitaria de la zona de día de la casa, ocupando el conjunto la totalidad de la planta primera, desde el patio abierto al fondo de la parcela, hasta la calle de acceso, a la que se asoma y mira.
Esta decisión condicionó automáticamente la estructura funcional del resto del edificio. La planta segunda aloja el dormitorio principal. Los dormitorios de los hijos se sitúan en planta baja, y en sótano se emplazan un salón multifuncional, el almacén y las instalaciones.
Junto con el jardín anterior, dos patios -el trasero, ajardinado con tres perales de flor, y el central, ajardinado con bambús-, más la cubierta verde, hilvanan y multiplican las relaciones que se producen entre los diferentes espacios.
La fachada hacia la calle muestra solo el hueco que abre el jardín en planta primera hacia la ciudad y el zócalo metálico que aúna accesos y armarios técnicos.
La construcción de particiones se ha ejecutado en seco, tanto interiores como exteriores, y la piel exterior del edificio se ha revestido con un fino mortero blanco. Los pavimentos interiores se han realizado con madera de roble y filita terminada con corte de disco, piedra que también se ha utilizado en paramentos de baños y aseos. En el interior, las puertas y armarios son de madera lacada, acabado que también se ha utilizado para revestir las paredes interiores con puertas, creando superficies tersas y homogéneas.
En el exterior, en los pavimentos no ajardinados y en acabados verticales, se han empleado lamas de madera de iroko, y el vaso de la piscina se ha revestido con mosaico vítreo.
Para controlar la captación solar y la privacidad deseada, se ha diseñado un sistema de toldos y estores que protegen determinados acristalamientos y permiten cegar el hueco hacia la calle.