ESPARTINAS (SEVILLA) / 2021
Fotografías: Jesús Granada

















La parcela donde se emplaza esta casa, como las del resto del barrio, es producto de un loteo entre calles y lindes ortogonales, donde, en cada una, se ha creado un espacio particular propio, recluido y aislado del resto del entorno.
Al carecer de otras referencias más que la geometría rectangular y alargada de la parcela, el lugar se ocupa protegiéndonos del contexto que la rodea y atendiendo, estrictamente, a las condiciones programáticas, al recorrido del sol y a la normativa urbanística.
La casa se construye para una pareja joven, con dos hijos pequeños, cuyo anhelo fundamental es disponer de un amplio jardín -naturaleza- que mantenga una relación fluida y directa con los espacios interiores de la vivienda.
Apoyado al norte, se proyecta un volumen alargado, de borde a borde de la parcela, que libera, en el sur, una amplia zona para jardín. Una terraza, acomodada en el centro de este gran espacio libre, se extiende y penetra en el interior, formaliza el vestíbulo, y reverbera finalmente en la fachada norte, donde se sitúa el acceso principal de la vivienda. Esta terraza, sobre la que se recorta la piscina, actúa como verdadero corazón de la casa, introduce el jardín en el interior como otra habitación más de la vivienda, es esencial para la estructura funcional de ésta, y estructura también el jardín, al que dota de escala.
En el perímetro de la parcela se disponen construcciones secundarias -almacenes e instalaciones- y se planta vegetación que crecerá hasta convertirse en la nueva fachada “interior” del edificio.
Los dormitorios y la sala de estar abren sus fachadas hacia el gran jardín, en cambio, la estrecha franja norte, reservada para servicios, lavadero y cocina, disfrutan del exterior mediante la apertura de largos huecos horizontales. En planta primera se emplaza un espacio polivalente diáfano donde se prevé la compartimentación para un futuro dormitorio y un baño. Esta última planta disfrutará del exterior a través de un gran hueco horizontal, que, situado a nivel de suelo, acentúa la relación con el jardín.
Para controlar la captación solar, se ha diseñado un sistema de celosías metálicas de chapa perforada que, junto con los árboles plantados -frente a la zona de día se planta un fresno americano y frente a los dormitorios una hilera de ciruelos-, protegen la fachada sur del edificio. La chapa perforada, pintada color plata, refleja los rayos solares, y al mismo tiempo, mantiene la deseada relación visual con el exterior permitiendo, al mismo tiempo, el paso del aire.